La angustia y el temor asociado a los sismos afectaron casi a la misma cantidad de personas que en las zonas del epicentro.
Mañana se cumplen nueve meses desde el terremoto 8,8º Richter que sacudió a la zona centro sur del país y las réplicas en la salud mental de los chilenos han sido variadas. Así lo demuestra un estudio de la Universidad Andrés Bello (UNAB) que confirma que una de cada cinco personas de la Región Metropolitana y de la zona del epicentro sufrió estrés postraumático (EPT).
Ansiedad, miedo y angustia, así como pesadillas y recuerdos negativos del evento, o temor a enfrentar cualquier cosa que lo recuerde, son parte de los síntomas de este cuadro que en un año normal afecta a no más del 2,6% de la población que ha sentido amenazada su vida (por accidentes, asaltos, agresiones sexuales, catástrofes naturales, etc.).
La investigación realizada por los académicos del Instituto Salud y Futuro de la UNAB, doctor Manuel Inostroza y Francisco Ugalde, junto a investigadores de la Universidad Irvine de California, se llevó a cabo tres meses después del sismo, con encuestas a 2.108 personas de 14 ciudades del norte, centro y sur de Chile.
Así se observó que el 20,5% de los encuestados sufría de trastorno por evitación (evitaba lugares o cosas que le recordaban el terremoto), en tanto que el 24,4% padecía agitación o ansiedad.
El estudio también establece que las personas más vulnerables al estrés postraumático son las de menor nivel socioeconómico y aquellas con problemas de salud mental previos.
Un aspecto que llama la atención es que el porcentaje de personas con EPT en la R. Metropolitana alcanzó niveles tan altos (21,4%) como en quienes viven en la zona del epicentro (22,9%), lo que según el doctor Inostroza se puede atribuir a la gran exposición y cobertura mediática del evento.
Según Francisco Ugalde, psicólogo de la UNAB, se estima que pasados seis meses desde una catástrofe, el 25% de la población debería retomar su normalidad, mientras que al año este grupo asciende al 40%.
Para confirmar lo anterior, ya está en mente realizar una nueva encuesta, con el mismo universo de personas, cuando ya se haya cumplido un año del terremoto. "Esos datos permitirán hacer un seguimiento a largo plazo, para ver si se trató de un efecto agudo o si hay algo particular en la salud mental del chileno que lo predispone al EPT", dice Inostroza.
Publicado el 26/11/2010
Fuente: El Mercurio
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